Perú: tiempo de mínimos democráticos

Desde la destitución del presidente Pedro Castillo, el Perú vive una crisis social y política de proporciones inéditas. Si bien desde hace mucho tiempo había en el país señales de un posible estallido social, pocos podían imaginar que este se produciría en el que debía ser el periodo de gobierno de Castillo, dado que él representaba la victoria de los sectores históricamente excluidos. No obstante, la crisis parece haber llegado para quedarse, debido a la complejidad de las reivindicaciones sociales de los manifestantes, el empoderamiento de comunidades largamente marginadas, la escalada de la violencia y la inoperancia de la clase gobernante. En consecuencia, no se trata tanto de un tiempo para promover proyectos políticos exquisitos, cuanto de un tiempo para sostener aquellos mínimos comunes que puedan asegurar la convivencia democrática y alejar al país del abismo social. Sigue leyendo

Una crisis, una oportunidad

Quién, con amor por el Perú, podría haber deseado una crisis como la que estamos pasando. Y, sin embargo, muchos peruanos consideramos que este clima de confrontación no daba para más, y que había que encontrar una salida democrática que nos permitiera renovar nuestra representación política. El Congreso no quiso que con un adelanto de elecciones generales esta renovación fuera menos traumática, y la consecuencia de su accionar ha sido su propia disolución. Está lejos de ser lo ideal, pero la crisis nos abre también una oportunidad. Sigue leyendo

El capitalismo: ¿cambio o reencauche?

A estas alturas del partido, o de la historia, parece claro que el sistema capitalista en el que nos movemos, abandonado al liberalismo radical, no nos asegura una vida social más humana. Rescatando al viejo Marx y a una de sus mejores intuiciones, comprobamos que para el capitalismo no existe la palabra “suficiente”. Nunca es suficiente si se trata de obtener mayor provecho, de acumular más. El colapso ecológico en el que vivimos es la señal de alarma de que el “sistema” ha tocado fondo. Parece evidente: si buena parte de los recursos del planeta no son renovables y si la población no ha dejado de crecer, un sistema basado en el consumo descontrolado terminaría dejándonos en la indigencia. Sigue leyendo