Elections in Peru: A call for democratization

Translated by Conan Rainwater, SJ

In July of 2011, I commented in the Chilean Jesuit magazine, Mensaje, concerning the development of the electoral process that brought Ollanta Humala to power (2011–16) and the significance of that victory for Peru. Today I see that what I wrote ten years ago is still valid, because what these most recent elections show us is that the Peruvian social structure has basically not changed and that the coronavirus pandemic has only exacerbated the economic, social, and institutional gaps that the country has been suffering since the foundation of the republic 200 years ago.

What, however, would be new? I would say that, assuming the figures offered by the electoral authority, a candidate so far removed from the urban-capitalist society has never been elected president of the country. And what is also a novelty, at least during these two decades of democratic life, is the level of violence against government institutions triggered by the rejection of the economic and political elite in Lima to the figure of Pedro Castillo. Sigue leyendo

Elecciones en Perú: Un grito por la democratización

En julio de 2011 me tocó comentar en la revista Mensaje el desarrollo del proceso electoral que llevó a Ollanta Humala al poder y el significado de aquel triunfo para el Perú de entonces. Hoy, compruebo que lo escrito hace diez años sigue teniendo vigencia, porque lo que estas últimas elecciones nos muestran es que la estructura social peruana básicamente no ha cambiado, y que esta pandemia no ha hecho más que agudizar las brechas económicas, sociales e institucionales que el país arrastra desde la fundación de la república, hace doscientos años.

¿Qué habría, no obstante, de novedad? Nunca había sido elegido presidente del país un candidato tan al margen de la sociedad urbano-capitalina. Y es una novedad también, por lo menos para estos dos decenios de vida democrática, el nivel de violencia contra las instituciones estatales desencadenado por el rechazo de la élite económica y limeña a la figura de Pedro Castillo. Sigue leyendo

Ir a lo fundamental

Hace unas semanas comentaba en esta misma columna la importancia, ante el panorama electoral, de no dejarnos arrastrar ni por el pesimismo ni por la complacencia frente a proyectos políticos afectados por la corrupción o la ausencia de propuestas sólidas. Hoy, luego de la primera vuelta electoral, creo que nos toca afianzarnos en esta actitud, a riesgo de abandonarnos a un talante apático que solo contribuiría a una forma de gobernar desvinculada del interés general del país. En este contexto, dos consideraciones pueden ayudar a nuestro discernimiento. Sigue leyendo

Ni pesimismo ni complacencia

Con buena parte de los candidatos a la presidencia y al congreso señalados por actos de corrupción o surgidos de la improvisación la coyuntura electoral que vivimos pareciera empujarnos al pesimismo y a la resignación. Sin embargo, creo que no seríamos justos con el país ni con nosotros mismos si dejáramos de reconocer que, a pesar de nuestros retrocesos, el Perú ha crecido en un aspecto fundamental: su espacio de discusión y de participación política es cada vez más amplio y por ello hoy es capaz de acoger a una mayor pluralidad de peruanos. Esto es definitivamente bueno. Sigue leyendo

Pluralidad y moral: un desafío para el análisis político

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En la vida democrática tenemos que hacer el esfuerzo constante por acoger y respetar a opciones políticas diferentes. Y aunque esto no siempre sea fácil, creo que la consciencia de nuestros propios vacíos y errores basta para reconocer que en política la pluralidad de preferencias ideológicas y líneas de acción es una realidad a favorecer. Ahora bien, tomar la pluralidad en serio significa también ser conscientes de que su reconocimiento no debe traer consigo, particularmente en el nivel de la participación política, una falta de atención a los elementos que forjan nuestra cohesión social, que en última instancia son de naturaleza axiológica. Es más, la pluralidad los hace más urgentes. Sigue leyendo

Ollanta Humala y la promesa de un país inclusivo

Luego de uno de los comicios más disputados de la historia electoral peruana Ollanta Humala Tasso fue elegido Presidente de la República. En un excelente comunicado difundido antes de la segunda vuelta, la Conferencia Episcopal Peruana afirmaba su confianza y esperanza en el país, pero, a decir verdad, resultaba difícil creer que la esperanza podía abrirse paso en un escenario político tan incierto. Sin embargo, obtenidos los resultados, creo que hay razones no solo para valorar el compromiso del pueblo peruano con la democracia. Mirando con perspectiva social e histórica el país que recibe Humala y el itinerario ideológico atravesado por éste para llegar a la Casa de Pizarro, quizá también hayan razones para ser optimistas. Sigue leyendo

La más noble de las profesiones o el más vil de los oficios

Comparto el artículo de Víctor Hugo Miranda sobre el rol de los medios de comunicación en la presente campaña electoral peruana:

La más noble de las profesiones o el más vil de los oficios

Si en lugar de los candidatos presidenciales y sus planes de gobierno, son los mismos medios de comunicación y el rol que cumplen los periodistas en la actual coyuntura política, quienes se roban los titulares, estamos frente a un problema muy grave. El periodismo no debe ser solo el garante de la libertad de expresión -que defiende con uñas y dientes cuando ésta se ve amenazada- sino que también debe ser el garante del derecho que tienen todos los ciudadanos de ser informados de la manera más objetiva posible. Pero cuando esto no ocurre la confianza se pierde y es muy difícil volver a recuperarla. La mayoría de medios de comunicación ha confundido lo que significa tener una línea editorial definida y el deber que tienen de informar con objetividad a su público. Cada vez que abrimos las páginas de un diario o cuando sintonizamos un noticiero o un programa político, estamos siendo testigos de cómo la frase acuñada por Luis Miró Quesada de la Guerra “El periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios” se convierte en realidad. (Seguir leyendo en Esejotas>>>)

Los ignorantes del Perú*

¿Cómo es posible que los peruanos, que viven en el país con mayor crecimiento económico de América Latina, “pateen el tablero” y vuelvan a poner en primer lugar al candidato “antisistema”? ¿Será acaso el desconocimiento de la mejora de sus propias condiciones de vida? ¿O será, como dirían por allí, la falta de oxígeno de los Andes que les impide discurrir? ¿Y en la Amazonía, será por el calor?

No por indeseado el pase de Ollanta Humala y de Keiko Fujimori a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales resulta sorpresivo. Sus “bolsones electorales” estaban allí, invulnerables, hace ya varias semanas. Además, se veía claramente que los candidatos de derecha y de centro no iban a tener la capacidad de concentrar sus votos en una sola candidatura que pudiera pasar a la segunda vuelta. Dada la caída de Alejandro Toledo y el insuficiente crecimiento de Pedro Pablo Kuczynski, la suerte estaba echada. Si hasta ahora la clase política no ha logrado organizarse en partidos que den bases sólidas a las candidaturas, ¿podíamos esperar que los egos personales cedieran antes las convicciones políticas? Sigue leyendo

La corrupción vuelve a tocar la puerta

Contra lo que pudiera parecer, la separación de Aurelio Pastor del ministerio de justicia no cierra un simple capítulo en la historia de este gobierno, sino que expone de manera irrefutable una realidad constante en el régimen: la fuerza de la corrupción en las altas esferas de poder. Es decir, la promoción que hiciera el ahora exministro Pastor del indulto al empresario Crousillat (que vendió la línea editorial de América Televisión al régimen fujimorista) es solo una evidencia de que durante el gobierno aprista, en materia de lucha anticorrupción, seguimos durmiendo con el enemigo. En este sentido, es justo reconocer que al gobierno del presidente Toledo le pudimos criticar muchas cosas, pero sus excentricidades estaban lejos de parecerse a los escándalos, de sabor fujimontesinista, que el gobierno aprista nos tenía reservados. Sigue leyendo